Son casi las dos de la madrugada y me encuentro dentro de la casa de mi consuegro en donde hoy se realiza un evento. No puedo decir que es el más prendido que he visto, pero ha puesto en evidencia algo que ya venía sospechando hace tiempo: mi adolescencia se ha ido.
No sé en que segundo se llevó acabo la transición desde la etapa rebelde a mi juventud en plenitud, pero creo que llegó en un momento muy poco oportuno. Justo en el año en que comencé a celebrar el aún ser joven, el que aún se erigieran algunas espinillas en mi rostro y en donde toda responsabilidad se veía eludida justificadamente por una etapa en la que la pérdida del control es lo más común, todo se desmoronó sin dejar alguna advertencia que pudiera ayudar a evitar la pérdida.
Lo que me queda ahora es acatar lo ocurrido, no puede existir de mi parte una decisión mejor. Tomar esta madurez para algo positivo al final de la jornada puede ser lo que me dé réditos. La juventud también es un proceso largo, uno en donde la perspectiva de futuro deja de ser un simple espectador y pasa a ser paulatinamente la protagonista principal, - ¿o la antagonista?, aún no lo sé con certeza, prefiero que la experiencia me lleve a saber lo que esto puede deparar - y en donde aún queda mucho por pasar. Tres etapas de mi vida han pasado desde que tengo control sobre mis acciones aunque no independencia, ahora comienza esa independencia. Solo puedo esperar no verme sentado en 7 años más, en una cocina similar analizando que otro proceso se fue, el ser humano no debe tomar una actitud pasiva ante la vida, es hora de tomar la labor, el trabajo y la acción que Hannah Arendt profesó para mi beneficio, tengo que interiorizar el que el arrepentimiento es un huésped que nunca puede ser desalojado.
Pienso, luego existo.
Entradas populares
-
Diciembre Es diciembre y todo lo que puedo decir es que resistí otro año. Y aunque a veces no me sentía capaz de soportar la sola idea de ...
-
Cuando llega el día en que tienes que volver a tu vida normal, al menos por el periodo de vacaciones, no puedes evitar hacer un balance en t...
-
Son casi las dos de la madrugada y me encuentro dentro de la casa de mi consuegro en donde hoy se realiza un evento. No puedo decir que es e...
martes, 17 de diciembre de 2013
viernes, 13 de diciembre de 2013
De vuelta a casa
Cuando llega el día en que tienes que volver a tu vida normal, al menos por el periodo de vacaciones, no puedes evitar hacer un balance en tu mente que de cuenta de las cosas ganadas y perdidas este año, y siendo totalmente honesto este es el primer año en más de una década que no quisiera borrar. No es que este año haya sido perfecto ni que todo el tiempo el viento soplara a mi favor, al contrario, simplemente estoy diciendo que por primera vez desde mi infancia mi vida dejó de estar asociada al sufrimiento y la pena.
No voy a negar que tengo mucha nostalgia de esos días en que sufría, creo que aprendí mucho de ellos, o al menos lo suficiente como para saber qué debo hacer cuando me tope frente a frente con dilemas similares. Estos días he estado repasando en mi cabeza algunos de esos momentos, como cuando viví mi primer amor, probablemente la situación más chocante que he vivido porque me hizo estar de frente con mi realidad (no puedo amar ni ser amado con el género al que hoy por hoy adscribo físicamente), o también cuando nació mi sobrino, uno de los hechos más felices de mi vida (los nacimientos de mis tres sobrinos han sido parte de los pocos recuerdos felices que tengo en mi pasado y en mi presente). Pero sumando todo me doy cuenta de que esa vida era muy miserable y que no ofrecía absolutamente ninguna oportunidad de progreso, es decir, siempre he creído que la vida que tuve me hizo la persona que soy ahora, me hizo tener un propósito de vida, ¿pero se necesitaba tanto sufrimiento? No me estoy comparando con la gente que a la mitad de su vida sufre un accidente o enfermedad que cambia sus vidas, o con la familia de estas personas que sufren y las familias de las personas que nacen con alguna "capacidad diferente" (nunca me ha gustado usar ese término, considero sumamente penoso tener que maquillar la realidad, especialmente cuando toda la sociedad sufre alguna discapacidad física, emocional o psicológica, pero el protocolo lo exige y así lo haré), sin embargo, debo reconocer que la suerte me ha sido esquiva y que he pasado la mayor parte de mi existencia siendo tratado como algo que sobra y no como algo que pertenece - al menos a eso ya me acostumbré -. El mundo del que provengo no ofrecía nada, y si no hubiera sido porque un día me levanté, peleé contra mis constantes bajas de ánimo y energía, y me dije que tenía que entrar en la universidad sí o sí... pensándolo bien, creo que definitivamente no fue lo que quería, pero esta vida que he tenido era lo que necesitaba para salir adelante.
En fin, retomo el tema de este año. Es cierto, como ya mencioné antes, que siento nostalgia por el pasado; sin embargo; este año se abrió para mí una posibilidad totalmente nueva y sorpresiva como lo fue tener un nuevo comienzo. Pude partir de cero y redifinir mi historia, incluso alterando mis propias vivencias para formar una realidad nueva que me rodeara, y con eso poder acceder de la forma que yo quería a un grupo social que es muy diferente al que yo estaba acostumbrado. Verme rodeado de todos esas personas con dinero fue un choque cultural muy muy fuerte, para el que no creí estar preparado y para el que aún no creo estar acostumbrado, pero logré usar bien mis herramientas, y si bien no encajé del todo - romper con la brecha socioeconómica y cultural que nos separa no es una tarea siquiera posible en un futuro próximo - si aprendí como no ser separado del grupo, lo cual ya es un logro significativo. Pasé de ser la persona que se sentaba sola al frente de la sala, a ser aquella que tiene amigos y va a quedarse en sus casas. Pasé de ser aquella persona a la que cualquiera pasaba a llevar a ser esa que tiene opinión y gusta defenderse, y que se defiende de buena manera. No digo que este mundo nuevo me convierta en una mejor persona, la verdad es que creo que en ese aspecto he retrocedido un paso o dos, pero si me preguntan cómo me estoy adaptando al mundo real, voy a decir que bien, porque estar en el mundo real implica tener tus reservas al ser generoso, guardar tu espacio de aquellos que buscan aprovecharse de ti, no confiar en todas las personas a simple vista y, de hecho, no confiar en nadie hasta poder conocerlo a fondo, porque incluso la persona que se ve más dulce puede ser un demonio que solo te usa para remover parte de tu alma con su ponzoña para poder limpiar un poco la suya.
Como agregado puedo decir que conocí a gente muy linda, a ninguno lo siento como un amigo absolutamente cercano todavía, sin embargo, hice lazos con ellos y son lazos que agradezco, porque el día de mañana pueden volver a hacerme sentir como un ser humano. En tanto, el amor continuó siendo esquivo, continúo teniendo la misma suerte asquerosa que siempre he tenido, pero sigo guardando las esperanzas de que algún día alguien va a poder ver más allá de mi cuerpo y va a poder penetrar en mi alma, aquella que se sigue cubriendo para no sufrir los embastes del dolor que sigue despidiendo mi mente, mas que sabe que un gran amor es suficiente para poder curarla.
En síntesis, a este año le doy un 5. Un punto por lo que me ha traído aquí, mi pasado y mis recuerdos. Dos puntos por lo que he aprendido y he ganado este año, los corazones rotos, las amistades con resguardos, lo académico que ha sido excelente - una dimensión totalmente nueva en mi mundo -, y el ánimo se ha refortalecido (lo que le restó un punto a este ítem fueron los problemas familiares que dejaron el ambiente muy tenso). Y los últimos dos puntos se los doy a mi proyección del futuro, creo que ya no hay una idea tan sombría como la que se hallaba en el pasado y, de hecho, he conformado una propuesta de futuro mucho más sólida, amable y acorde a la realidad que es inexorable e inevitable.
Se va el 2013, pero todavía me queda mucha vida, - o al menos eso espero - tengo que aprovecharla y jamás olvidar que en este mundo solo tenemos el tiempo suficiente para vivir.
domingo, 8 de diciembre de 2013
Diciembre
Diciembre
Es diciembre y todo lo que puedo decir es que resistí otro año. Y aunque a veces no me sentía capaz de soportar la sola idea de continuar existiendo, creo que gané un poco de terreno.
A pasado un año desde que entré a la universidad, un verdadero logro sin duda, pero para mí no es suficiente. Simplemente no me parece suficiente recompensa al daño que he sufrido a lo largo de mi vida estar aquí, soportando cada día a un montón de gente que solo sabe hablar de cosas relacionadas con el dinero, o cosas relacionadas con su estatus cultural avanzado, o cosas relacionadas con fiestas. Yo no soy esa persona que disfruta del dinero a montones, o que va a cines culturales a ver documentales de un director Europeo desconocido, ni tampoco soy aquel que se mueve en torno al círculo de la bebida y el baile, yo sencilla y llanamente soy yo.
Tal vez yo no fui lo suficientemente abierto con ellos, tal vez simplemente no me planté y les dije "aquí estoy, pueden acceder a mí con confianza, soy un lienzo en blanco", ni siquiera puedo creer que a principio de año me considerara un lienzo en blanco, cuando las marcas estaban pintadas al oleo y no podían ser borradas de mi vida, al menos que fueran quemadas junto con ella. No, no podía regalar mi confianza así sin más, pero por alguna razón no había confianza. Yo solo llegaba y veía a estas personas, todas muy amigables, y me decía a mí mismo que aquí había un montón de puñales dispuestos a clavarse sobre mi pecho, tal y como me había pasado durante toda mi vida. Y me moví bastante bien, en todo el año no había llegado a confiar en ninguna persona, sin embargo, conseguí agradar a algunas cuantas - lo cual es más que un progreso para alguien que solía sentarse solo.
En cuanto a eso, creo que si hago el diagnóstico, lo peor que pasé en estos nueve meses que llevo en Santiago es que no pude escribir absolutamente nada sin ser presionado por una nota o algún concurso, siendo honesto ese fue un peso muy difícil de soportar. Por lo general me gustaba pasar mis horas libres desahogándome con mi computador - sin que una mano estuviera de por medio - y, sin embargo, lo había dejado para concentrarme en los fundamentos psicológicos de la filosofía y la psicología del desarrollo. No quería transformarme en esa persona que se transforma solo para agradar a los otros, por el contrario, quería seguir siendo aquella persona que conserva su esencia pese a recibir la presión de los otros. Creo que ese es el compromiso para el año próximo, seguir resistiendo, seguir manteniendo mi esencia. No puedo solo venderme al sistema social en el que nunca creí para poder cumplir mis sueños, tengo que encontrar nuevas formas de encajar que signifiquen no perder mi integridad psicológica, debo pensar para poder existir, eso es todo lo que deseo.
Aún me queda un espacio en el año que me gustaría llenar con esperanzas de un futuro que mejora, si este futuro puede seguir en la senda por la que fue durante este periodo puede que prontamente tengamos por primera vez en quince años a un Angel feliz. Honestamente, espero con ansias que eso sea lo que ocurra.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)